domingo, 11 de noviembre de 2007

Más Inquisición

Una mentira, repetida mil veces, se convierte en verdad (Goebbels): LA INQUISICIÓN ESPAÑOLA

1. LA INQUISICIÓN NO EJECUTÓ A NADIE. Sólo juzgaba si se había caído en herejía o no. El delito de herejía era un delito CIVIL, y era el poder político (por potestad del rey) el que ejecutaba. La Inquisición se encargaba de juzgar. El juez no condena, condena el Estado. La Iglesia no ejecutó a Galileo, ni a Lutero, ni a muchos otros herejes: simplemente les excomulga.

2. La Inquisición no tenía jurisdicción sobre judíos ni protestantes. SÓLO JUZGABA A LOS CATÓLICOS HEREJES. Así, no obligó a nadie a convertirse forzosamente, no forzaba las conciencias (cosa que sí se hizo en Inglaterra –Enrique VIII-, Alemania, o Suiza -Calvino-).

3. ¿Qué tipo de bienes protegía? La unidad nacional y la estabilidad política. LA INQUISICIÓN EVITÓ LAS GUERRAS DE RELIGIÓN, que desangraron Europa durante dos siglos, la Reforma provocó miles de muertos mientras la tranquilidad en España era casi total.

4. En España A NADIE SE LE IMPUSO UN CAMBIO DE RELIGIÓN: la alternativa era o conversión o expulsión. En el resto de Europa, no existió esa alternativa: o conversión o ejecución. Un botón de muestra: en 1560 el Parlamento escocés decretó pena de muerte contra todos los católicos.

5. ¿CUÁNTA GENTE MURIÓ AJUSTICIADA? Se calcula que unas 3.000 personas. Además, no se olvide que entonces la pena de muerte se daba facilísimamente. Sir James Stephen calcula que en 300 años hubo en Inglaterra 264.000 condenados a muerte por diversos delitos. En Alemania fueron quemadas más de 50.000 brujas.
La Inquisición en España, celebró entre 1540 y 1700, 44.674 juicios. Los acusados condenados a muerte fueron del 1,8% y de ellos el 1,7% fueron condenados en «contumacia», es decir, no pudieron ser ajusticiados por estar en paradero desconocido y en su lugar se quemaba o ahorcaba a muñecos.

6. ¿DE DÓNDE VIENE LA LEYENDA NEGRA? Gran parte de las acusaciones están tomadas de un sacerdote apóstata, Juan Antonio Llorente, que fue secretario de la Inquisición (se puso de parte de los invasores franceses en la guerra de la Independencia, tuvo que huir a Francia). Él mismo confesó que quemó todos los datos oficiales de que se sirvió para su obra.

1. REFLEXIÓN: El tema de la inquisición es espinoso, y está bastante manoseado. Las primeras descalificaciones llegaron de otros países europeos, junto con la leyenda negra de Felipe II y la colonización de América. Desde otros países se nos han colgado diversos sambenitos, pero... ¿alguien se ha tomado la molestia de contar a cuánta gente mataron los colonizadores ingleses y holandeses?¿y la Inquisición protestante? ¿Alguien ha visto mestizos en África?¿Cuántas universidades fundaron los ingleses o portugueses en África?¿Qué iglesias construyeron?
CON ESTOS DATOS NO PRETENDO JUSTIFICAR LAS MUERTES, SÓLO INVITARTE A VALORAR LAS COSAS EN SU JUSTA MEDIDA, Y A MIRAR A LOS HECHOS DEL PASADO CON LOS OJOS DEL PASADO, PARA JUZGAR CON UN MÍNIMO DE JUSTICIA

La Inquisición

PREGUNTA

Sr. Martín. Quisiera que explicara algo sobre la inquisicion, pues hay muchos que nos dicen que cómo podemos hablar de la Iglesia si ésta hizo mucho mal a través de ese medio.

¿Es cierto todo lo que se oye decir? o ¿Podemos contestar algo?

RESPUESTA

Claro que sí. Hay algunas cosas importantes y poco conocidas sobre la inquisicion que debemos saber para ser más objetivos y no creer en las exageraciones.

En primer lugar hay que aclarar que no es nuestra intención el hablar sobre este tema para afirmar que la inquisicion fue algo muy bueno y bello en la historia de la Iglesia. Ni queremos resucitarla o que se vuelva a establecer.

El objetivo de este artículo, más bien, es para precisar y quitar una serie de exageraciones que muy comúnmente escuchamos de parte de no católicos o de pseudo historiadores que nunca se han preocupado ni en lo más mínimo por investigar seriamente que fue lo que sucedió.

La mayoría de la información que usaremos la puede usted consultar acudiendo a cualquier biblioteca y dedicando unos minutos a leerlo en cualquier enciclopedia que encuentre, incluso en enciclopedias hechas por hermanos no católicos y protestantes. No lo digo yo, cualquiera lo puede comprobar por sí mismo.

1.- Una Leyenda negra anticatólica y anti-española.

Al hablar de la inquisicion es común que muchos historiadores serios le llamen con el nombre de "leyenda negra" porque se ha distorsionado y exagerado mucho sobre lo que fue realmente la inquisicion católica y sobre todo la que se dio en España. En este artículo te sorprenderá conocer como hay un mito creado en torno a ella y en honor a la verdad es necesario mencionar algunas cosas sobre eso.

2.- Galileo no murió en un hoguera, ni se le juzgó por motivos científicos.

Yo sé que más de alguno ya estará pensando que siempre ha oído lo contrario, pero tenga calma unos momentos y lea con atención. Es común oír, incluso a algunos maestros o profesores, decir que la inquisición quemó a Galileo porque afirmó que la tierra se movía y que el sol era el centro del universo, pero esto es Falso. Basta que vaya a cualquier enciclopedia y se dará cuenta que Galileo no murió quemado ni nada por el estilo.

Su castigo fue leer los 7 salmos penitenciales por dos años. Tiempo después, murió tranquilamente en casa de un amigo suyo que era obispo y de hecho siguió con su cátedra y con sus escritos. A El tampoco se le juzgó por su teoría científica, una prueba de esto es que Él no fue el primero en decir esa teoría, sino Copérnico.

Todavía hoy en día le llamamos sistema copernicano en honor a su nombre, y a Copérnico, que por cierto era canónigo, nunca se le hizo nada. Lo que pasó es que Galileo quiso basar su postura en pasajes de la Biblia, actitud que no siguió Copérnico. Esto fue lo que se rechazó, pues era una interpretación personal no acorde con su tiempo ni con la Iglesia. Por esto y no por motivos científicos, la inquisicion le puso de penitencia rezar los salmos penitenciales. ¿No cree usted que esto es muy diferente a la hoguera como lo inventaron algunos tiempo después?

3.- Los protestantes, musulmanes y otras religiones también tuvieron sus "inquisiciones".

Seguramente que esto no lo había escuchado ¿verdad? Me pregunto porqué esto no se oye decir, si en los libros de historia se habla de ello. Claro que todo mundo tenía su especie de inquisicion.

Por ejemplo William Cobbet, que fue un escritor protestante, en su libro "Historia de la reforma protestante" afirma que Isabel de Inglaterra (protestante) hizo y causó más muertes de católicos en un año que la inquisicion española en toda su historia.

La razón por la cual Todos, hasta el mismo Calvino (reformador protestante), hacían esto, es porque ellos creían en un principio social que en aquel tiempo existía: "cuyus regio ipsius religio"= del que es la región es la religión. Así que si el príncipe, el rey o el gobernante era católico el pueblo mayormente sería de esa fe, si era luterano de igual manera, si era calvinista o musulmán sería el pueblo de esa fe. Estar contra la religión era estar contra el rey.

Basta leer cómo Calvino tomó igualmente de radical esta postura contra los católicos. No existía, como hoy en día, en la sociedad la llamada: "libertad religiosa" en el mismo nivel. Todos caminaron por el mismo error si usted lo quiere ver de esta manera, pero no solamente la Iglesia Católica sino todos así lo pensaban.

Además, juzgar a la inquisicion con criterios actuales es un verdadero anacronismo. Es decir «fuera de tiempo». Es como si hoy se acusara a los aztecas de dañar el ecosistema y violar las leyes ecológicas.

4.- El castigo lo daba el poder civil, no la Iglesia.

Otro cuento o invento muy extendido y todavía saliendo en películas y novelas es presentar al sacerdote imponiendo el castigo. Eso es más falso que una moneda de tres dólares. El castigo lo imponía el llamado "brazo secular" o poder civil. La Iglesia lo que hacía eran los 'autos de fe' donde se declaraba si era culpable o no a la persona en cuestión. El poder civil era quien después aplicaba el castigo.

A propósito de esto, estaba yo participando en un programa de radio cuando una hermana católica llamó y dijo que eso que yo había mencionado no era cierto, que era la Iglesia la que daba el castigo.

Cuando le pregunté que cómo ella sabía eso, tranquilamente contestó que lo acababa de ver un día antes por televisión al estar viendo la telenovela... por eso estamos como estamos. Pobre católico que su fuente de formación son la novelas. Si por eso se llaman no-velas o sea que no las vea. En fin, expliquemos un poco más.

5.- La hoguera no era el castigo común, sino el extraordinario.

Cuánta novela y protestantes hay hablando de la hoguera como si cada día se quemara a una persona en la inquisición. Yo creo que si queremos formarnos bien en serio hay que ver menos novelas y leer más libros de historia. Los castigos impuestos por la inquisición eran muchas veces cosas sencillas: rezar algunas oraciones, hacer alguna penitencia, cargar con algún símbolo de su arrepentimiento, etc.

Incluso muchas veces bastaba el arrepentimiento para que no se le castigara nada. Por eso es que a Galileo simplemente se le impuso rezar los 7 salmos penitenciales. No fue a la hoguera como por ignorancia muchos lo afirman.

Más aún, lo que muchas veces se quemaba no era a la persona, sino a la 'efigie', es decir a un muñeco que representaba a la persona. Todavía en los archivos de la nación de México, por poner un ejemplo, viene cuántas veces en un año se hacía esto: Cuántas en efigie y cuántas en la persona.

En este país en cerca de trescientos años fueron 57, los demás en efigie. Claro que estuvo mal, pero de ahí a la exageración de que fueron miles hay mucha diferencia. Ah, y también hay que mencionar que nunca se juzgó o condenó a ningún indígena pues estos eran protegidos por las leyes de los reyes católicos.

6.- La inquisicion no era solamente para los protestantes, musulmanes, judíos y las brujas. También era para los catolicos.

De dónde habrán sacado algunos protestantes la barbaridad de que sólo era para ellos, porque de la historia no se puede sacar.

Basta decir que dos de los que hoy consideramos grandes santos y místicos católicos en la espiritualidad también fueron llamados a la inquisición y no les pasó nada. Nada. Me refiero a Santa Teresa de Ávila y a San Juan de la Cruz.

En el caso de los judíos y musulmanes ni siquiera se les llamaba o investigaba por ser de esa religión. Era más bien a los judíos que se hacían pasar por convertidos-católicos llamados 'judaizantes', y a los musulmanes que falsamente se habían convertido al catolicismo llamados 'moriscos' a quienes se les hacía una investigación.

A nadie se le obligaba a ser católico. Fue al contrario, pues en países donde eran mayoría protestante si hubo una tremenda persecución hacia el catolicismo. Le recomiendo ver en cualquier enciclopedia cómo Calvino aplicaba las leyes e incluso con sus mismos correligionarios.

De hecho, los primeros fundadores de Estados Unidos, llamados comúnmente "puritanos", eran protestantes huyendo de las persecuciones de intolerancia de otros protestantes.

Esto es callado e ignorado por todos los protestantes por eso es importante mencionarlo para recordar un poco la memoria historica a quienes desean manipularla.

7.- La tolerancia religiosa de parte de los católicos en los Estados unidos.

Para terminar, mencionemos que Maryland, la única de las trece colonias de mayoría católica, en el mismo tiempo de la inquisición, en el año 1649, fue de las primeras en proclamar la ley por la "la tolerancia religiosa".

Espero haber respondido a tus inquietudes y ánimo.


Jon Sorbino

El Vaticano advierte que dos obras de Jon Sobrino se apartan de la fe de la Iglesia

La Santa Sede no condena al autor pero ofrece a los fieles «un criterio de juicio seguro»

José R. Navarro Pareja



Jon Sobrino, en un curso impartido en Santander el pasado verano

Madrid- La Congregación para la Doctrina de la Fe hizo pública ayer una «Notificación» en la que advierte que dos obras del teólogo jesuita español Jon Sobrino «presentan, en algunos puntos, notables discrepancias con la fe de la Iglesia». El documento señala que la Congregación no ha pretendido «juzgar las intenciones subjetivas del autor», sino llamar la atención acerca de «proposiciones que no están en conformidad con la doctrina de la Iglesia» y «ofrecer a los fieles un criterio de juicio seguro».
Desmintiendo los rumores surgidos en los últimos días, la Notificación no hace referencia a ningún tipo de condena, ni propone la prohibición de que Sobrino siga impartiendo clases en centros educativos católicos. En este sentido, el portavoz de la Santa Sede, el también jesuita Federico Lombardi, precisó ayer que el documento no supone ninguna «sanción», sino que sólo pretende ser «una notificación objetiva» sobre el contenido de estos escritos.
En concreto, la Notificación hace referencia a los libros «Jesucristo liberador. Lectura histórico-teológica de Jesús de Nazaret» -publicado en Madrid en 1991- y «La Fe en Jesucristo. Ensayo desde las víctimas» -editado en El Salvador en 1999-. Las proposiciones que no están en conformidad con la fe se refieren a la metodología utilizada por el autor y a sus conceptos sobre la divinidad de Jesucristo, su encarnación, su relación con el Reino de Dios, su autoconciencia, y el valor salvífico de su muerte.
El documento destaca algunas afirmaciones de Sobrino con las que «tiende a disminuir el alcance de los pasajes del Nuevo Testamento que afirman que Jesús es Dios». Sin embargo, explica la Congregación, «la confesión de la divinidad de Jesucristo es un punto absolutamente esencial de la fe de la Iglesia desde sus orígenes». Además, según el documento, en estas dos obras del jesuita, «la relación filial de Jesús con el Padre, en su singularidad irrepetible, no aparece con claridad».
La nota explica que la Congregación comenzó un profundo estudio de las obras en 2001 -cuando su Prefecto era el entonces cardenal Ratzinger-, a raíz de «las imprecisiones y errores encontrados» y tras comprobar la amplia divulgación de los libros y su uso en seminarios. En 2004 la Congregación hizo llegar las conclusiones de su estudio a Sobrino, y éste respondió matizando «parcialmente su pensamiento», pero en «substancia» permanecían los mismos errores.

la razón digital

El Evangelio de Judas I

I. Evangelios Apócrifos

• El texto pareciera estar fechado entre el siglo IV y el siglo V, es decir, unos 300 ó 400 años después de la vida de Jesús. Es imposible, por lo tanto, que sea Judas su autor directo, sino que puede tratarse de una copia del «Evangelio de Judas», citado por San Ireneo de Lyon hacia el año 180.

• Fue redactado por la secta gnóstica de los Cainitas y presenta a Judas Iscariote de una manera positiva, como un personaje que sólo obedeció una supuesta orden divina de entregar a Jesús para que pudiera cumplirse la obra de salvación.

• Siempre se supo de la existencia de Evangelios Apócrifos, es decir, no inspirados porque no contienen la verdad acerca de la Revelación de Dios y su deseo de salvación para la humanidad y desde siempre fueron rechazados por el conjunto de la comunidad cristiana porque son incompatibles con la fe.

• La Iglesia nunca ha ocultado o negado la existencia de estos documentos. Al contrario, estos textos han sido publicados y están editados en muchas editoriales a través del mundo entero, como la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC) o la Editorial Ciudad Nueva, entre otras.

• Los Evangelios Apócrifos no son reconocidos como inspirados por Dios porque simplemente buscaban satisfacer la curiosidad de algunos, o contenían leyendas fantasiosas respecto a Jesús, o explicaban opiniones particulares de algunos grupos religiosos acerca de Cristo. No buscaban la verdad más profunda sobre Dios y su obra salvadora.

• Algunos de estos Evangelios Apócrifos pertenecen a sectas gnósticas, como la de los Cainitas, cuyo propósito principal era reivindicar figuras del Antiguo y del Nuevo Testamento que cayeron en la maldad, como Caín (que mató a su hermano Abel) y como Judas (que traicionó a Jesús). Los gnósticos pretendían que la salvación se logra sólo por el conocimiento que tengamos de Dios, no por obra del amor y de la misericordia de Dios, que envió a su Hijo Jesús al mundo.

II. Diferencias entre cristianos y gnósticos

• La principal diferencia entre los gnósticos y los cristianos radica en su concepción acerca del origen del mal en el mundo. Los cristianos creemos en un Dios bueno que ha creado un mundo bueno. Los gnósticos creen en un Dios que ha creado el mal y ha creado al mundo de manera desordenada.

• Los cristianos creemos que la maldad nace a partir del mal ejercicio de la libertad con la que Dios nos ha creado, porque Dios siempre respeta nuestra libertad. Los gnósticos afirman que Dios quiere el mal en el mundo y por eso se explica la acción de los hombres malos, como Caín o Judas.

• Dios conoce todas nuestras intenciones, incluso los errores, pecados y decisiones equivocadas. A veces se vale de ellas para obtener un bien en su plan providencial para el hombre.

Asumiendo estas orientaciones y aclaraciones, podemos entender de mejor manera lo que puede representar un texto como el que comentamos y cómo ello no afecta en nada la fe y la doctrina católica. Así, podemos responder algunas otras interrogantes.

III. El drama de Judas

• ¿Cómo podemos entender el papel y la persona de Judas Iscariote? Judas fue, como todos los demás seres humanos, un hombre creado con el atributo de la libertad. No se puede decir que Dios buscó que Judas cayera en el mal y se viera obligado a cumplir un rol histórico ya determinado, como una opción fatalista a la que no podía sustraerse de ninguna manera. No nació con el sello de una condena fatal. Judas usó su libertad para hacer el mal.

• ¿Podemos saber si Judas se salvó o se condenó? La Iglesia, a través de los procesos de beatificación y de canonización de una persona, puede tener la absoluta certeza de la santidad de alguien y de que esa persona goza de la presencia eterna ante Dios, que ha practicado las virtudes cristianas y merece la gloria de Dios y la salvación eterna. Pero no puede tener la certeza absoluta de una condena eterna y de que alguna persona esté en esa condición. Ni siquiera respecto a Judas. Lo que la fe siempre ha manifestado es la inmensa bondad y misericordia de Dios. Sólo Dios conoce el destino de las personas. Cualquier ser humano puede arrepentirse de sus pecados y errores en el último momento de su existencia terrenal. El drama de Judas, más que la gravedad de su pecado en sí, fue su falta de esperanza, el hecho de cerrarse en sí mismo, en vez de reconocer su falta, llorar su pecado y volver al amor de Dios, como lo hizo, por ejemplo, el Apóstol Pedro.

• ¿Por qué despiertan tanto interés temas o libros como el «Evangelio de Judas» u otros similares? La obra musical «Jesucristo Superestrella» y algunos ejemplos de la literatura reciente nos muestran una figura de Judas que podríamos llamar «simpática» o «benevolente» respecto a este personaje. Ello llama la atención y es una invitación a que ese tratamiento de la persona redunde en éxitos mediáticos y comerciales, en una perspectiva sociológica, comunicacional o de la propia psicología humana.

sábado, 13 de octubre de 2007

La Verdad de los Templarios

La noche de los templarios


Se cumplen hoy 700 años del Viernes 13, cuando los monjes soldados fueron masacrados El Vaticano publica documentos inéditos que muestran que las imputaciones eran falsas

ÍÑIGO DOMÍNGUEZ i.dominguez@diario-elcorreo.com

El Vaticano no quería acabar con los templarios y no los condenó por herejía, pero se vio atrapado en una crisis política y el papa, Clemente V, se murió sin arreglarlo. Esto se supo hace tres años con el descubrimiento por azar de un sorprendente documento en los Archivos Vaticanos, un texto del pontífice que absolvía a la orden guerrera, pero ahora se vuelve a hablar de ello porque sale el libro 'oficial' sobre el asunto. También porque los templarios siempre tienen morbo y, además, porque fue tal día como hoy, hace 700 años, cuando los masacraron, el famoso Viernes 13 de 1307. Desde entonces esa fecha se asocia con los malos augurios, una huella más del extraño atractivo de los monjes armados.

El libro que por fin pone orden, siete siglos después, en el controvertido final de los caballeros es una iniciativa del propio Vaticano. Y se lo ha tomado en serio. Serán los monseñores Raffaele Farina, archivista y bibliotecario de la Iglesia, y Sergio Pagano, prefecto del Archivo Secreto Vaticano, quienes presentarán el próximo día 25 una edición de 799 ejemplares que reúne y reproduce por primera vez las actas integrales del proceso a los templarios. 'Processus contra Templarios' cuenta, entre otros documentos, con el 'Folio de Chinon', descubierto por una joven investigadora de 34 años, Barbara Frale, que curioseaba en el Archivo Secreto. Es un papel de 1308, al año siguiente del Viernes 13, en el que Clemente V absuelve a los templarios de herejía. Era desconocido hasta ahora por un error en la reordenación del archivo en el siglo XVII.

Envidia y codicia

¿Por qué ha dado esto un vuelco en la historia? Para comprenderlo hay que recordar cómo fue el final de los templarios, un relato muy entretenido. La orden andaba un tanto perdida al final del XIII tras las cruzadas. Los caballeros de San Juan de Jerusalén, por ejemplo, se reciclaron como potencia marítima en Rodas, pero los templarios habían regresado a sus monasterios de Europa y resultaban incómodos por su influencia. De hecho, en el Vaticano estaban pensando en fusionar las dos órdenes o disolverlas. Por otro lado, tenían mala fama y se miraba con envidia su riqueza. Eran una fuerza extendida desde Chipre a España, al margen de fronteras. El poder, y más que nadie el rey de Francia, Felipe IV el Hermoso, les temía y les tenía ganas. También por sus tesoros: necesitaba sostener la naciente burocracia francesa, y es que además él mismo les debía dinero.

Lo que hizo el rey francés es un manual de purga estaliniana, montaje político y manipulación de la opinión pública. Encontró la excusa para meterles mano en 1303, a través del testimonio interesado de Esquieu de Floryan, un prior que había asesinado en Milán al gobernador provincial de la orden y había huido a París. Para salvar el pellejo, contó supuestas barbaridades sobre las prácticas templarias. Se dijo que en el rito de iniciación a la orden los aspirantes debían renegar de Cristo, escupir en la cruz y practicar el clásico 'osculo infame', es decir, besar el culo al gran maestro de turno, además de ofrecerle el propio. También adoraban a sapos y gatos, a Baphomet y Acharnoth, y tenían inclinaciones cátaras y musulmanas. A la vez. En fin, carnaza de primera clase para la Inquisición, que armó una acusación de once cargos contra los templarios, entre ellos herejía, blasfemia, idolatría y sodomía.

«El rey de Francia no necesitaba construir un edificio acusatorio coherente, le bastaba que fuera eficaz para la opinión pública», explica Franco Cardini, historiador medieval que participará en la presentación del libro vaticano. En su opinión, podía haber «contaminaciones heréticas» en la orden, pero piensa que eran prácticas más cercanas a las novatadas pesadas que al esoterismo. Frale añade que el rito de escupir la cruz, si existía, «podía ser un modo de poner a prueba la obediencia absoluta de los caballeros y prepararles a lo que los sarracenos podían hacer con ellos».

Redada sangrienta

Felipe el Hermoso esperó al funeral de su cuñada, que reunió en París a realeza y templarios, para montar esa noche la histórica redada del viernes 13. Cayeron centenares de templarios en toda Francia, entre ellos el Gran Maestre Jacques de Molay, y gracias al práctico método de la tortura confesaron todo y más. Era un desafío a la autoridad del Papa, pero Clemente V, que era francés y fue quien trasladó el pontificado a Aviñón, era débil y muy sometido al monarca. Al final acabó convocando un concilio en Vienne que en 1312 disolvió la orden.

Lo que revela el nuevo documento es que Clemente V absolvió a los templarios de herejía. Había enviado una comisión de cardenales al castillo de Chinon, donde estaba Molay y la plana mayor templaria, para saber qué estaba pasando. El 20 agosto de 1308 la acusación de herejía fue rebajada a apostasía. «Todo fue un complot y el papa intentó detenerlo, pero no lo consiguió, porque el rey respondió con un proceso de brujería contra el anterior pontífice, Bonifacio VIII, y había un riesgo de cisma de la Iglesia de Francia», ha explicado Frale. Luego, en el concilio, suspendió la orden, «aunque no era una medida definitiva y preveía restablecerla, pero murió y en 700 años ningún pontífice la modificó».

Procesión de zumbados

Molay y sus colegas pagaron el pato. El Gran Maestre padeció siete años de tormentos y fue quemado el 18 de marzo de 1314 en Chinon. Este pueblecito francés se ha convertido en símbolo de la tragedia templaria, y no es de descartar que hoy sea lugar de encuentro de zumbados en procesión, disfrazados como en un estreno de 'Harry Potter', un 'botellón' en Stonehenge o un concierto de Mago de Oz.

Ése es precisamente otro aspecto curioso de los templarios. En su día, el Viernes 13 causó conmoción en Europa. Dante los defendió; Ramón Llul, afirma Cardini, se manifestó en contra. Pero el asunto fue perdiendo interés y quedaron olvidados. En realidad, la fascinación templaria que llega a nuestros días nace más tarde, en el XVIII, con el auge del esoterismo en Europa y la transformación de algunas logias masónicas en alegres mascaradas medievales. En el siglo XX fue filón inagotable para los camelos organizados por personajes como Pierre Plantard, el ex-colaboracionista francés que se inventó el Priorato de Sión, las historias de Rennes-le-Chateau y demás mandangas recicladas por Dan Brown. Hoy, perviven decenas de órdenes templarias de variada ralea, entre la beneficiencia y el esperpento, de los salones más presentables a las oscuras logias de Internet.


Publicado en “El Correo” el 13 de octubre de 2007

domingo, 9 de septiembre de 2007

Monseñor Munilla
Obispo de Palencia

27.3


No, no se trata de una frecuencia radiofónica misteriosa, ni de unas coordenadas que marquen la ubicación de un lugar perdido. Se trata sencillamente de un artículo de la Constitución Española, cuyo incumplimiento está generando una preocupante tensión en la sociedad española: “Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones” (Constitución Española, art. 27.3).

Es verdad que muy pocos son los que discuten la formulación de este artículo constitucional, en el que se recoge un derecho y un deber fundamental. Por desgracia, en la vida española la batalla no se está planteando a nivel de principios, sino por la vía de los hechos consumados. De poco nos sirve que nuestra Constitución marque unas bases, si luego la vida práctica es encauzada por otros derroteros. Si Romanones hizo famosa la expresión “haz tú las leyes, que yo haré los reglamentos”, bien podríamos atribuir a nuestros dirigentes laicistas otra formulación: “tú quédate con los principios, que yo voy a lo mío”.

Negar por la vía de los principios el derecho de los padres a ser los educadores morales de sus hijos, sería tanto como reconocer explícitamente unos presupuestos de ética marxista; algo inconfesable tras la caída del “socialismo real”. Sin embargo, cada vez resulta más evidente que los diseñadores de los planes de educación en España están legislando al margen del artículo 27.3 de la Constitución. ¡Lo que darían por que este numerito desapareciese de la Carta Magna! Pero se tienen que conformar, por el momento, con legislar como si no existiese. Bien saben que, incluso en el caso de que un recurso de inconstitucionalidad terminase prosperando, sería ya muy difícil erradicar todos los vicios introducidos en el sistema educativo por la vía de los hechos consumados.

Por el contrario, permítaseme hacer notar que la Iglesia Católica siempre se ha sentido “cómoda” dentro del artículo 27.3. En efecto, nosotros no queremos evangelizar a los niños al margen de la voluntad de los padres, sino respondiendo a su petición. La tarea educadora de la Iglesia es subsidiaria del derecho-deber que tienen los padres de educar a sus hijos. Nos hacemos presentes en el sistema educativo, en mayor o menor medida, dependiendo de la demanda de los padres.

Un ejemplo bien concreto: La Iglesia Católica no pretende impartir la clase de Religión Católica a todos los alumnos, sino únicamente a los alumnos cuyos padres así lo han elegido. Por el contrario, el Gobierno Español no dirige la asignatura de Educación para la Ciudadanía sólo a los padres que así lo hayan solicitado, sino que la impone obligatoriamente a todo el alumnado. ¿No es una diferencia notable y notoria? ¿No será esto indicativo de que el estilo de la Iglesia Católica está perfectamente encajado con el artículo 27.3 de la Constitución, mientras que nuestras autoridades políticas están indisimuladamente incómodas con este principio constitucional?

Pongo otros ejemplos igualmente significativos: A la gran mayoría de los colegios religiosos no se les permite aumentar el número de sus plazas, a pesar de que la demanda de los padres para matricular a sus hijos no pueda ser satisfecha. El motivo aducido es que mientras haya plazas libres en la escuela pública de esas localidades, no cabe dar permiso para aumentar las plazas en la escuela privada. ¿Y eso, por qué?, nos atrevemos a preguntar… ¿Puede haber otra razón para esa negativa que la alergia al principio recogido en el 27.3? ¿No deberían estar las autoridades políticas encantadas con que una iniciativa social privada –como es la Iglesia- esté dando cauce a la voluntad educativa de tantos padres, y que además esta educación le esté resultando a las arcas públicas un 40% más barata que la impartida en la escuela pública? Es difícil entender otro motivo para la denegación de la ampliación de la oferta educativa de los centros privados, que no sea la pretensión del control ideológico en la educación del alumnado, al margen de la voluntad de los padres. Por desgracia, no exagerábamos cuando nos atrevíamos a ironizar con la máxima: “tú quédate con los principios, que yo voy a lo mío”.

Si el Estado creyese en el 27.3, no habría tenido necesidad de poner en marcha la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía. Le habría bastado con incluir en el currículum de otras asignaturas –como la de Ciencias Sociales- la enseñanza de las Declaraciones de Derechos Humanos, de la Constitución o del funcionamiento del sistema político. La auténtica novedad de esta asignatura no es otra que la inclusión en ella de conceptos morales obligatorios para todos los alumnos, al margen de la voluntad de los padres. Es el caso de cuestiones morales como “la condición humana”, “la identidad personal”, “la educación afectiva-emocional”, “la construcción de la conciencia moral”, etc.

Y lo increíble del asunto es que, mediáticamente, a la sociedad se le llegue a transmitir el mensaje de que el problema es que “la Iglesia se resiste a abandonar unos determinados privilegios y que está mostrando su incapacidad para integrarse con normalidad en el sistema democrático español”. Y, sin embargo, a pesar de la capacidad que algunos tienen de hacer creer a las masas que el cielo es verde y los burros vuelan… para todos aquellos que se acerquen a la realidad sin prejuicios de partida, es patente que el problema estriba en que, mientras que unos creemos en el valor moral que encierra el 27.3, otros no creen en tal cosa. Aunque no se atrevan a confesarlo

Nueve razones para dar clase de religión

Nueve razones a favor de la clase de religión


1ª.- Es un derecho, no un privilegio: A base de tanta polémica sobre la clase de religión, algunos padres católicos pueden estar arrastrando una especie de complejo, como si les hubiesen llegado a hacer creer que la presencia de la clase de religión en la escuela es una reminiscencia de tiempos pasados, en esta sociedad democrática. Muy al contrario: se trata de un derecho constitucional, amparado en el artículo 27.3 de la Constitución. Los padres tienen derecho a marcar la orientación moral y religiosa de la formación de sus hijos, y las autoridades tienen el deber de poner los medios para que esto se lleve a cabo. Por si cupiese alguna duda, bastaría comprobar cómo la asignatura de religión tiene, en el momento presente, un tratamiento bastante más relevante en la mayoría de los países europeos que en España.

No estará de más recordar que el dinero con el que se paga a esos profesores de religión, al contrario de lo que parece desprenderse de algunas críticas contra la Iglesia, no sale del bolsillo particular de ningún gobierno, sino del de los propios padres.

2ª.- La clase de religión no es lo mismo que la catequesis: Son dos cosas distintas, y no cabe argumentar que la opción por una haga innecesaria la otra. La enseñanza religiosa en la escuela se circunscribe a un ámbito cultural, mientras que en la catequesis se procura introducirnos en el seguimiento personal de Jesucristo. Aun a riesgo de simplificar la cuestión, podríamos decir que la clase de religión y la catequesis se diferencian y se asemejan, de forma similar a como lo hacen el “conocer” y el “amar”.

3ª.- Comprender la cultura que hemos heredado: Un joven español no podrá entender la pintura, la música, la escultura, la arquitectura, la filosofía, la historia, la política, el folclore, las tradiciones… si no conoce en profundidad los fundamentos de la religión católica. Y lo mismo cabría decir, en un nivel más genérico, de una comprensión mínima de las demás religiones, para poder asomarnos a esta “aldea global” en la que vivimos.

4ª.- Frente a la fragmentación del saber, necesitamos una cosmovisión: Hoy en día existe una gran “parcelación” en el saber humano, acompañada de una sobreacumulación de datos, tanto en las disciplinas científicas como en las humanísticas. Se trata de una fragmentación que ha contribuido notablemente a la proliferación de crisis de identidad cultural, de valores, de tradiciones…

Con frecuencia se recurre a la mera explicación de que esa fragmentación es fruto inevitable de la especialización en el saber, olvidando que la exclusión del hecho religioso también nos está dificultando la integración de todos estos conocimientos en una sabiduría global.

5ª.- La religión responde al sentido de la existencia: Una enseñanza global debe responder a las preguntas clave sobre el sentido de nuestra existencia. ¿De qué me sirve conocer la evolución del Universo, si nadie me explica por qué y para qué estamos en esta vida? ¿Cómo podemos fundamentar los derechos del ser humano sin dar razón de la diferencia esencial entre el animal irracional y el hombre espiritual? ¿Cabe hablar con optimismo de los avances científicos y de la sociedad del futuro, si no tenemos fundamentada nuestra esperanza en el más allá de la muerte?...

6ª.- Más que el rechazo a la religión, el problema es la ignorancia religiosa: Para poder rechazar algo, primero hay que conocerlo. Hoy en día, muchos reniegan de una religión que no han conocido, y sobre la cual solamente se les han transmitido determinadas leyendas negras.

El nivel de ignorancia en materia religiosa ha crecido tanto que, hoy en día, no podemos ni debemos dar nada por supuesto; es necesario comenzar por los fundamentos básicos. Recuerdo el caso de un joven español, de unos 25 años de edad, quien tras observar la procesión del Corpus Christi por las calles, preguntaba por qué el sacerdote caminaba mirándose de continuo a ese “espejo”…

7ª.- La materia religiosa interesa al hombre de hoy: No es cierta la suposición de que el hombre moderno no sea religioso. De hecho, la ignorancia religiosa tiende a crear continuos mitos y sucedáneos del hecho religioso. Cuando dejamos de creer en Dios, tendemos a creer en cualquier cosa.

El fenómeno de la proliferación, en los últimos años, de novelas esotérico-religiosas, al estilo del Código Da Vinci, es bien sintomático. ¡Cuántos se aprovechan del desconocimiento de muchos católicos sobre su fe y sobre la historia de la Iglesia, para confundir la realidad con la ficción! La ausencia de conocimientos básicos hace difícil distinguir entre lo que son fábulas, fantasías o ataques a la historia y a los valores de la Iglesia.

El fenómeno de tantas novelas y películas centradas en lo sagrado y misterioso, denota que el hombre moderno sigue siendo religioso, pero también demuestra que su ignorancia religiosa lo hace más manipulable que nunca; hasta el punto de ponerse a merced de quienes pretenden que se posicione siempre en contra de la Iglesia Católica.

8ª.- Diálogo interreligioso: Somos sobradamente conscientes del grave problema que la paz mundial tiene con el fundamentalismo islámico. Cada vez vemos con más claridad que la estabilidad internacional, e incluso nuestra convivencia con tantos inmigrantes, necesita estar sustentada en el diálogo interreligioso. Ahora bien, sólo puede dialogar quien tiene conciencia y conocimiento de su punto de partida. De lo contrario, más que a una “alianza de civilizaciones”, estamos abocados a la desaparición de la nuestra.

9ª.- Educación moral: Está claro que una educación integral debe incluir la dimensión moral. De poco servirán la acumulación de conceptos en la enseñanza, si no hay un espacio específico en el que se eduque en comportamientos morales como la sinceridad, solidaridad, justicia, respeto, generosidad… He aquí otra dimensión esencial de la asignatura de la religión: la moral.

Hasta la reforma educativa de hace tres años, la asignatura de religión era evaluable y tenía la ética como alternativa de libre elección. Los padres, la Iglesia y la gran mayoría de los sectores sociales, entendían que aquélla era una solución justa. Existía la posibilidad de elegir entre una enseñanza moral confesional o una ética aconfesional. La gran pregunta es: ¿Por qué se derogó algo tan razonable que funcionaba bien? ¿Por qué cada reforma supone, en la práctica, una vuelta de tuerca más, en orden a un progresivo arrinconamiento?

¡Valoremos la clase de religión! Es un derecho para los ciudadanos, es un deber de conciencia para los católicos, es una necesidad para la felicidad de nuestros hijos y es buena para la sociedad.

Monseñor J. Ignacio Munilla

Obispo de Palencia